Siempre en compañía del purasangre, Feliz Día del Vareador

Una genuina conexión (Foto Julio Villanueva)

En las buenas y en las malas. Personajes que se dan la tarea de acompañar a los caballos, como si fuese una extensión de su familia. Siempre es un trabajo remunerado, pero el vareador lo hace con pasión. Vive sus triunfos y fracasos con una intensidad, a veces incomprendida.

La mayoría, dedicados a este oficio, están conectados a este mundo aparte que encierra Monterrico, a temprana edad. Los caballos no hablan, pero ese contacto permanente los lleva a descifrarlos y así facilitar la labor de los preparadores, en ese trabajo en equipo que algunas veces el purasangre premia con singulares alegrías.

Personajes humildes, pero muchos de ellos con una mística que resplandece con los años. Al igual que el bullicio que estalla cuando su caballo cruza el disco en ganancia, da igual un clásico o un hándicap, la emoción es auténtica.

FELIZ DÍA DEL VAREADOR.