¿Qué está pasando en Monterrico?

Un fallo comisarial, que decretó victoria para SpeedALove (1) al ser distanciado Egalari (2) en la undécima dominical, desencadenó la acción iracunda de un grupo de personas – alrededor de 20-, quienes comenzaron a arrojar objetos contundentes (tachos y botellas) desde la tribuna de Primera hacia el área de Socios en el Hipódromo de Monterrico.

El distanciamiento vínculó al favorito de la carrera, el cual fue bajado al segundo puesto. Más allá de la decisión- polémica o no- el tema se centra en el comportamiento cívico que debe regir para la sana convivencia. La situación es un reflejo de irracionalidad. Nunca la violencia debe ser el motor de las acciones de nadie.

Un pequeño grupo de personas- no superaban los 20- congeló una actividad que aglutina el esfuerzo y alcance de miles de aficionados, suspendiéndose así las dos últimas de la jornada. ¿Quién gana con toda esta situación?

«Nunca había visto algo así«, comentaba la gente con asombro en relación a esos embates de violencia, cuyo efecto ahora tendrá mayor eco, pues dejó en evidencia la vulnerabilidad de las instalaciones en materia de seguridad. De no haber sido por la reja que separa ambas tribunas, la turba enardecida pudo generar heridos y otras situaciones nefastas.

Más allá del tema hípico, es una situación que invita a revisarnos como ciudadanos, lejos de intereses de apuestas, lo que se vivió es un claro indicio de retroceso que, rogamos a Dios, solo quede como un mal recuerdo.

La actitud hostil de los aficionados se mantuvo por espacio superior a una hora