Liszt, con los colores del Altamar

Lizst hizo caso omiso a la reaparecida. El alazán irrumpió raudo desde el primer salto y con la clase esperada mantuvo su paso firme para crecerse por tercera vez, con Carlos Trujillo en los estribos. Vino el ataque de Momposina a mitad de recorrido, pero Liszt se agarró bien sobre el grass y con el mínimo esfuerzo empleó tiempo de 55″ sobre la recta.

En medio de la tristeza propia de la ausencia de un bastión para la actividad como Gonzalo de la Puente, las sedas del Altamar siguen brillando, ayer con Punta Lancheros y hoy con Liszt. Trascendió que su heredero Gonzalo de la Puente hijo, en honor al significado de la hípica para su padre, mantendrá con el vigor de siempre esta caballeriza emblemática en Monterrico. Por allí vendrán, de seguro, nuevos éxitos de Ola Perfecta, Balmoral y La Onda, por supuesto la renovación con otros productos en el momento oportuno.  ¡ENHORABUENA!

Más de tres cuerpos fue la diferencia que mantuvo el favorito